Dada
la controversia y la contradictoria información sobre las “temidas” razas
peligrosas, me he sentido tentado de rastrear con mi trufa de Beagle sobre este
aspecto. Tanta leyenda urbana me hizo pensar que tal vez yo mismo, un Beagle
con poco afán por la lucha entre especies, pudiera ser uno de estos bababus.
¿Cuáles
son las razas de bababus potencialmente peligrosas en la ciudad en que vivo?
¿Qué hace que un bababu forme parte del grupo? Pues ciertamente me he
sorprendido enormemente al rastrear que no son tantas las razas que portan la
letra escarlata. Las ladro seguidamente:
- Pit Bull Terrier (uno de ellos me atacó indiscriminadamente hace unos meses, aunque no llegó la sangre al río)
- Staffordshire Bull Terrier (estos me resultan graciosos, son simpaticones)
- American Staffordshire Terrier (me intimida un poco su corpulencia, guau).
- Rottweiller (tengo una amiga de hace tiempo y nunca pasó nada, hasta me regaló su juguete zanahoria, bueno se lo quité).
- Dogo Argentino (no tengo el gusto de conocer a ninguno)
- Fila Brasileiro (de estos tampoco he tenido el placer).
- Tosa Inu (ahora sé que existen, antes ni idea, como para saber que son peligrosos).
- Akita Inu
Bien,
estas ocho razas y sus derivados, o sea cruces que tengan implicados en su
creación a alguno de estos bababus, también son considerados como tal. Mención
especial y a tener en cuenta el hecho de que cada municipio o ciudad puede
añadir o variar esta lista. Simplemente interesante... tanto como que la mayoría
no sabe distinguir entre unos y otros... yo el primero.
Del
mismo modo se considerarán potencialmente peligrosos los bababus con las siguientes
características:
- Una fuerte musculatura, un aspecto poderoso, robusto, configuración atlética, agilidad, vigor y resistencia.
- Un carácter marcado y gran valor.
- Pelo corto (importantisimo, si tiene pelo corto... malo; ojo chihuahuas!!)
- Un perímetro torácico de 60 a 80 cm y la altura de la cruz entre 50 y 70 con peso superior a los 20 kg.
- Cabeza voluminosa, cuboide robusta, cráneo ancho y grande, mejillas musculosas y abombadas. Mandíbulas fuertes y grandes, boca robusta, ancha y profunda.
- Cuello ancho, musculoso y corto.
- Pecho macizo, ancho, grande, profundo, costillas arqueadas y lomo musculado y alto.
- Extremidades anteriores paralelas, rectas y robustas y posteriores muy musculosas, con patas relativamente largas formando un ángulo moderado.
Descripción
que recuerda a los molosos de toda la vida.
Y
aunque no tengan este aspecto imponente, se considerarán potencialmente
peligrosos aquellos bababus, independientemente de su raza, que manifiesten un
carácter marcadamente agresivo o hayan agredido a personas o animales. Y esto
es lo único coherente a mi juicio de rastreador informativo.
No
obstante y para más información pueden rastrear por este enlace:
Pese
a todo, no estoy de acuerdo con esta lista ni con dicha Normativa. Todo esto
compone una moda, si un bababu muerde a un humanis, sea el bababu que sea, se
le demoniza y se incluye en una lista algo incoherente. En mi periplo
rastreador encontré algo interesante que creo debo compartir. Aquí dejo el
enlace por si os interesa.
Yo
solo soy un Beagle. Un Beagle perrezoso y pasota. Sufro de una alergia que a
veces me incomoda tanto que no me apetece que nadie me busque las pulgas puesto
que ya sufro mucho picor. A veces gruño y me enfado. Yo no muerdo, pero ¿y si
mañana otro bababu quiere jugar y yo no? Le marco para que me deje pero
insiste, al final, lanzo un mordisquito y el otro bababu, como ya me ocurrió
con un labrador, no tiene tanta paciencia y me ataca. Yo avisé, no ataqué pero
recibí en dos ocasiones y del mismo bababu, dos mordiscos: uno en la cabeza y
otro en el labio. No fue a más pero... En otra ocasión, siendo aun un bababu
muy joven con el año recién cumplido y la curiosidad superior a mi trufa, me
acerqué a un bóxer que era y es “muy bueno, buenísimo”. Mantuve la distancia y
de pronto se lanzo sobre mí. La jefa ayudada por el césped mojado que permitió
que resbalara por el suelo y facilitó el escape, me sacó de sus fauces. Tampoco
pasó gran cosa, pero me hizo una herida en el ojo, bueno en el parpado.
La
última agresión que he sufrido, más recientemente, fue a manos de una mole, un
Pit Bull con algo… se lanzó contra mí mientras yo, atado, roía (mal hecho por
mi parte pero bueno) un palito. Se acercó y yo gruñí, acto seguido lo tenía
encima. Otra vez la jefa… me sacó de debajo. Como no soy un bababu llorón, no
me quejé y tardó unos días en darse cuenta de que tenía una herida en el lomo.
Dos
de los bababus no son peligrosos, se suponen buenos, pero… ¿y los dueños?
Pasivos, sus bababus, nunca hacen nada aunque les pillen en flagrante delito.
La dueña de mi último agresor, ni siquiera le llamó. Y con esto no ladro nada…
Otro
caso reciente que llego a mis orejotas: un bababu pequeño de unos ocho
kilogramos, siete u ocho años de edad y sin antecedentes conocidos, ni raza, ni
aspecto imponente, arreó una dentellada a la pierna de una chica que intentó
poner paz en una trifulca canina. No era un Fila pero el mordisquito le dejo un
moratón en todo el gemelo y dos agujeros sustanciosos.
Nunca
sabes como va a reaccionar un bababu ante una determinada circunstancia. No
importa su raza, su origen o su tamaño. Son los dueños quienes tienen que
responder ante ellos. De poco sirve un Decreto o una Ley si solo tienen que
cumplirla unos pocos o está mal promulgada.
Ni
siquiera yo estoy libre de que en algún momento se me tuerza el morro, y dará
igual que lo haga por defenderme o porque soy un tocapelotas. Estoy seguro de
que si un Beagle ataca, los medios harán mella en la raza y nos convertiremos
en temibles bababus.
Saludos
peludos.
B.B.
B.B.
No hay comentarios:
Publicar un comentario