Lo prometido es deuda y aquí estamos para ladrar sobre las razas, una a una. Para conocerlas y por tanto entenderlas.
No sabía por donde empezar así que mi trufa de Beagle me ha ladrado que empiece por una de las razas consideradas potencialmente peligrosas. ¿Por qué no? Ahí va el rastreo y puesto que en la clasificación me he acogido a la que marca FCI y el Pit Bull no está reconocido como raza por ellos, he pasado al segundo en la tabla. El segundo bababu mas malo malísimo, el Staffordshire Bull Terrier (STB; Staffie...), está clasificado dentro del Grupo 3, sección bababus Terriers de tipo Bull. 76.
A
este malo malísimo le viene de cuna, y así lo viene señalando su estándar la
siguiente mención: “Tradicionalmente, bababu de valor y tenacidad insuperable.
Muy inteligente y cariñoso, especialmente con los niños”. Este título lo poseen
en su estándar muy pocos bababus y aun así, está considerado potencialmente
peligroso… No en vano el Club Español del Staffordshire Bull Terrier anda
reivindicándose.
Oriundo
de Inglaterra, su origen puede remontarse a los antiguos molosos, del que
procede su antepasado directo el Bulldog. Durante el siglo equis uve palito
palito (XVII) o equis palito equis (XIX) según fuentes, en pleno auge de las
peleas de bababus, (ya que las de toro-bababu estaban en declive) se cruzaron
Bulldog Ingleses con la ya extinta raza Old English Terrier. Al cruzar ambas,
se confería al bababu descendiente la agresividad y tenacidad propias del
Bulldog y la agilidad y reflejos del Terrier. Se lograba entonces un bababu de
tamaño mediano y gran potencial para su cometido. Con el cese de las peleas de
bababus comenzaron a ser útiles para el Pit-rat: el juego de la matanza de
ratas. Tan cool en su momento y que ha proseguido desempeñándose hasta la
actualidad aunque afortunadamente parece en decadencia. Esto consiste en meter
al bababu como ya creo haber comentado, en un lugar lleno de ratas. Cuantas más
mate, más chulo es el bababu… cosas de humanis que mi trufa de Beagle me hace
rastrear con estupor y desagrado.
El
nombre de la raza viene determinado a la zona en donde residían sus
propietarios, el condado de Staffordshire. A los humanis humildes como obreros,
mineros o comerciantes les gustaba tener un bababu de estas características y
con el que podían sacar un dinero extra en las peleas.
En
los años 1835, la ley hizo su trabajo y se prohibieron las reyertas de bababus.
Fue el momento en que el Staffy empezó a consolidarse como un bababu en toda
regla. Se consolido el primer estándar y se le dio el nombre por el que hoy le
conocemos: Staffordshire Bull Terrier.
Fue
en el periodo de entreguerras que se puso de moda en EEUU como bababu de compañía
y de exposición. Poco después, de retorno a sus orígenes, en Inglaterra y
Europa se le confió la tarea de vigilante de niños.
Confundido
con el Pit Bull o el American Staffordshire, ambos más grandes y robustos, este
se considera más dócil y manejable, a la par que afectuoso, como ya he ladrado.
También conocido en la angloterra como el bababu niñera por su amistad con los
infantes y su carácter protector.
¿Cosas
a tener en cuenta de esta pequeña raza? Bueno, pues posee un alto grado de
inteligencia y sentido de la guardia y protección, por lo que no conviene
enseñarlos a atacar ni incitarlos a ello. Necesitan una educación firme (¿Qué
bababu no?). Al parecer no le gustan mucho los felinos y son altamente
insensibles al dolor físico. Característica común a los grandes bababus de
presa. Sufren más por un desprecio de su amo que por un golpe. Y son bastante
territoriales, de ahí que sea buenos guardianes y protectores.
Se
trata de una raza activa y atlética con dotes cómicas: si, le encanta hacer el
bobo y jugar con los peques de la casa. En sus estándares, sea cual sea el club
que los presente, se les atribuye la palabra “confiables”, su temperamento es
equilibrado y se consideran bababus cordiales por definición. En sus orígenes
como bababus de pelea se les dotó de previsibilidad. Debido a su fuerza,
agresividad y tenacidad, era preferible saber como iban a reaccionar ante una
situación y sus propietarios confiaban plenamente en que no corrían riesgos al
curar sus heridas tras la pelea. Ya se sabe que un bababu herido o asustado
puede reaccionar mal y lanzar sus dientes sin consideración. Pero eso no
ocurrirá con el SBT; nunca morderá la mano de su dueño. Su agresividad siempre
ha ido dirigida hacia otros bababus y aun a día de hoy, en sus genes se deja
sentir esa rivalidad. Si bien es cierto que un SBT bien adiestrado, tratado con
amabilidad y educado de forma inteligente es un bababu ideal para la compañía y
la protección de la familia sin llegar a ser agresivo.
Yo
conozco dos, uno de ellos es un macarra que siempre iba con bozal, hace mucho
que no le veo la verdad, y se lanzaba contra cualquier bababu macho, incluido
yo. El otro es una cachorra sociable y juguetona que se lleva bien con todos.
Adaptables
y extremadamente sensibles a los afectos de su amo, estos bababus de cuerpo
atlético, robusto y musculoso y mandíbula fuerte y poderosa, son complacientes
y necesitan recibir el cariño y los elogios de los humanis.
Aunque
se trata de perros activos que necesitan grandes dosis de juego y desgaste para
estar relajados, pueden adaptarse perfectamente a las dimensiones de un piso,
siempre y cuando se les proporcionen sus paseos y juegos diarios.
En
cuanto a su salud, no son susceptibles de padecer muchas enfermedades
congénitas, pero cabe mencionar las cataratas bilaterales, los cálculos
renales, el labio leporino y el paladar hendido en recién nacidos y algunos
casos de displasia severa o mínima. Su umbral del dolor es tan alto que
conviene vigilarlos pues pueden padecer dolor y no dar muestras de ello.
A
mi juicio de bababu, no me parece que el STB se merezca ese lugar de
"honor" que le han otorgado. Somos bababus, animales que reaccionamos
no racionalizamos. Deberían queridos humanis, tenerlo en cuenta.
Os
dejo, por si os interesa rastrear, el estándar de la FCI publicado en otra
página.
Hasta
mañana!!
Saludos
peludos!!!
B.B.

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