martes, 30 de julio de 2013

DOGO ARGENTINO, MOLOSO DEL SIGLO XX

Pues si amigos, mi trufa de Beagle se ha quedado en la Pampa. ¿Cómo imaginar que este bababu de aspecto imponente (como todos los dogos, vaya) y níveo aspecto procede de allí? Vease la ironia... Grande, fuerte y con las orejas cortadas en pico, asusta; pero la pureza de su color le da otro aire. Y todo esto es un decir… Este bababu es otro de los que engrosan la lista de malos malísimos. ¿Será en verdad tan peligroso?

Clasificado por la FCI en el grupo 2, (Pinscher, Schnauzer…molosos…), sección 2.1 (molosoides tipo dogo) en el año 1973 y estandarizado por última vez en 2011, donde se penalizan las muestras de agresividad.

 Se trata de un bababu de creación bastante moderna, a pesar de sus origenes remotos por las razas utilizadas, este gran bababu con certificado de peligrosidad, pertenece por entero al siglo equis esquis (XX).

Fue en los años 20 cuando un doctor argentino llamado Antonio Nores convino que iba a dedicar sus esfuerzos a crear un bababu de presa de mayor tamaño que el extinto bababu de presa cordobés, adquiriendo de este sus fantásticas cualidades. Pretendía dotar al nuevo bababu de fuerza y tamaño superiores, rasgos a los que posteriormente decidió agregar cualidades que le capacitaran para la caza en jauría. A su vez, este bababu tenía que ser capaz de desempeñar ese trabajo solo, si así se encontraba mientras esperaba la llegada del resto de bababus o el humanis cazador.

La base era el ya mentado presa cordobés al que cruzó con las razas llegadas de Inglaterra, como no, el Bull Terrier y el Bulldog o las españolas de mayor tamaño, Alano Español y Mastín Español. Finalmente agregó un poco de sangre del Pirineo cruzando ejemplares con un Mastín del Pirineo. (Con uno o con varios ya se sabe).

Unas cuantas generaciones después, el doctor Nores vio cumplido su objetivo y sus bababus de presa blancos alcanzaron la fama por invencibles en los rines de las ilegales y prohibidas peleas de bababus. Como no era muy favorable, decidió legalizar a sus bababus para poder utilizarlos en la caza. Resultó entonces que a estos bababus todoterreno (pretendía que ellos solos levantaran, siguieran y capturaran las presas) les faltaba olfato. Echo un Pointer a la mezcla y finalmente consiguió un bababu dogo que mantenía su espíritu de lucha, y además poseía olfato para la caza, resistencia y no se peleaban entre sí. A esta familia la llamo Guaraní, por si interesa. Y la anterior a esta, Araucana.

Solo le costó años de cruces, selecciones y ejercicios de gimnasia funcional (tengo que rastrear esto que no me queda muy claro que puede ser, la verdad), conseguir consolidar al actual Dogo Argentino, reconocido actualmente como bababu de caza mayor por excelencia.

Como cualquier bababu cazador es muy fiel a su amo y en el hogar muestra un comportamiento bueno, de pocos ladridos y temperamento tranquilo y equilibrado. Por supuesto, debido a la funcionalidad de esta raza predispuesta para desempeñar ciertas funciones no muy admirables, requieren destreza y firmeza en su educación y adiestramiento. Son muy fuertes y resistentes al dolor. Como compañeros son ideales pues se llevan bien con todos y debido a su instinto de jauría les encantan las visitas y no hacen ascos a los extraños, razón que le convierte en un mal guardián. Pero es juguetón, le gustan los niños y pese a sus orígenes se ha eliminado la rivalidad con otros bababus. Necesita a su familia y no es bababu de un solo dueño como otros tantos, razón por la que están predispuestos a sufrir ansiedad por separación si se les deja solos mucho tiempo. Necesita ejercicio físico lo que le convierte en un buen compañero para ir a correr o llevarlo junto a la bicicleta.

Su salud en general es buena, son perros robustos y fuertes aunque debido a su pelaje blanco necesitan cuidados específicos para su piel que puede presentar problemas o sufrir demodexia. Hay que prestar atención a sus ojos y limpiarlos diariamente para evitar infecciones e inflamaciones. Tristemente muchos ejemplares tienen predisposición a la sordera. Pero en general requieren pocos cuidados.

A mi trufa de Beagle le ha gustado rastrear a este bababu que no resulta a mi juicio tan malvado como puede parecer. Lo que son las malas lenguas.

El estádar... en la página de turno.

Saludos peludos!!!

B.B.

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