Resulta un tanto confuso hallar el camino que siguió la evolución canina. Mi trufa de beagle encuetra diferentes rastros, asi que me quedaré con el que parece gozar de una mayor aceptación: procedencia directa (para algunos somos una subespecie) del canis lupus, que a su vez fue el resultado de
años y millones de años de evolución del Tomarctus, ese animalillo
prehistórico con aspecto de cánido aunque en versión antigua que ya mencioné
anteriormente. De él se originó la familia Canidae del que surgieron el Canis
lupus (lobo), el Canis aureus (chacal) y
el Canis latrans (coyote).
La verdad es que el temita es
amplio, más que todo esto, pero hay que abreviar y aunque me gustaría ahondar más
en la gran familia canidae, me quedo con la que nos atañe que es el canis
lupus. Nos acercamos con el directamente al canis familiaris y dejamos, al
menos de momento al resto de canis.
El salto de lobo a perro no
fue de un día para otro, por supuesto pasaron años y miles, que no millones, de
años hasta que la evolución dio paso al perro doméstico. Sin duda, la evolución de los bababus ha sido de las mas rápidas a juzgar por los largos periodos que se tomaron sus antecesores. ¿Tendrá algo que ver la mano del homo sapiens?
Los estudiosos del tema
dicen que lupus y familiaris nos parecemos bastante; compartimos manías y costumbres como la de
escarbar en el suelo para esconder la comida (doy fe, juro y perjuro que yo no
escarbo para esconder comida, si acaso para buscarla, la comida se come, no se
entierra, pero es algo personal). También compartimos el gusto por esconder nuestras micciones o
excrementos bajo un poco de tierra que levantamos con las patas traseras… bueno
eso tampoco es cierto porque nuestros amitos lo hacen por nosotros. Ellos,
recogen nuestras deposiciones. Pero si, a veces mi instinto me dice que haga eso de
rascar el suelo para esconder mi rastro. Pienso que los humanos creen que nos
limpiamos las patas…

El canis lupus y los canis no lupus
giramos sobre nuestro cuerpo, nos gusta dar vueltas antes de acostarnos. La
gestación tiene la misma duración, sobre dos meses y compartimos el mismo número
de cromosomas que son ni más ni menos que 78, algo que facilita que podamos
tener cachorros loboperro muy chulos, algo que tampoco esta de moda actualmente pero si, somos genéticamente compatibles.
Por supuesto que cuando se nos
cabrea torcemos el morro y enseñamos con gusto parte de nuestra dentición… que
por cierto cambiamos con la misma edad de leche a permanente que nuestros
parientes lobunos. Y nuestras encías también muestran una dentición muy similar a la de los lobos, sobre todo en razas grandes.

Gruñimos, ladramos, aullamos… si, de forma parecida. Yo gruño poco porque me da igual todo la verdad y lo de ladrar y aullar pues tampoco me priva demasiado. Soy un can de pocos ladridos… pero tengo canifriends que no cesan de expresar sus emociones e inquietudes de forma sonora.
Otra cosa que tenemos en común
es el tipo de enfermedades que padecemos: moquillo, leptopirosis, rabia,
hepatitis, infestación por inquilinos ajenos (léase enfermedades parasitarias)…
Ahora me surge una pregunta ¿padecen los lobos alergia a los ácaros?
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