sábado, 31 de agosto de 2013

IL BICHON DI LA BELLA ITALIA

El último de los "pichones" como ladra alguien a quien conocí y no sabe muy bien diferenciar entre bababus y aves, es este que recuerda a una salsa para pasta. Un rastreo suculento para mi trufa de Beagle que por un instante pensó que hayaría una fuente de comida. Pero no, ni spaguetti ni... demasiada información.
 
Clasificado en el grupo 9 de la FCI, bababus de compañía, sección 1, "pichones" y razas semejantes, número 196, este bababu bola de algodón procedente de Italia, concretamente de Bolonia, fue reconocido en el año 1989.
 

Con unos índices de popularidad nada destacables, pues entre el Maltés y el Frisé ya se disputan la corona, este y el Habanero corrieron el riesgo de desaparecer en dos ocasiones. Justo en el momento en que la popularidad de estos bababus (bichones en general) se vieron desbancados por la llegada de los bababus de oriente y el Caniche. Concretamente este fue quien ocupo el lugar privilegiado que otrora disfrutaba el Bichón.
 
No hay mucho que destacar sobre este bababu, sus raíces son las ya ladradas en el resto de bababus "pichones", pero se cree hipotéticamente que este posible cruce de bababu antillano fue cruzado con algún bababu norteamericano dando como fruto al Bichón Habanero.
 
Lo que si esta claro y es certísimo es que este era otro bababu objeto que se utilizaba como obsequio entre las casas reales en prueba de amistad a quienes visitaban. Siendo así, pues es fácil asumir que el rol de estas bolas de algodón era ser mimados y mas mimados. Aunque a diferencia de los otros bichones, este es un bababu tranquilo y sereno al que brindaban las mayores y mejores atenciones tanto monarcas como hijas de monarcas o acompañantes de las hijas de los monarcas. No es de extrañar siendo esto así, que actualmente sean propensos a desarrollar problemas de comportamiento como la ansiedad por separación, el ladrido excesivo, o convertirse en guardianes de recursos.
 
Actualmente difícil de rastrear y conseguir por ser poco comunes, sobre todo fuera de Europa, destacan precisamente por ser menos activos que las razas de este tipo. Son poco alborotadores y prefieren observar y aprender. Inteligentes, dóciles y leales tienden al hiperapego, pues necesitan a la familia siempre cerca. Algo que les convierte en los perfectos bababus falderos.
 
Son sociables con humanis (por supuesto), resto de bababus y niños siempre y cuando estos nos le impliquen en sus juegos y les permitan mas la observación que la implicación.
 
Conviene una buena y temprana socialización como con todos los bababus y evitar dejarlos solos durante mucho tiempo para evitar que se conviertan en bababus destructivos merced a su aburrimiento o ansiedad.
 
No suelen presentar problemas de salud por lo que he podido rastrear, aun así no deben saltarse revisiones veterinarias y tampoco esta mal prestar atención a sus ojillos y orejillas.
 
Lo mas complicado es mantener ese pelo en condiciones pues se enreda fácilmente. Peinar y cepillar a diario y desde que es cachorro para que se acostumbre es una necesidad que el humanis no debe obviar.
 
Poco mas sobre los bichones y los bababus de compañía. Al final los he rastreado a todos casi sin darme cuenta. Ahora tengo que pensar en que rastro seguir...
 
Mientras lo pienso, saludos peludos!!!
 
B.B.
 
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viernes, 30 de agosto de 2013

EL PEQUEÑO Y LANUDO BICHÓN FRISÉ

El penúltimo de los bichones, un pequeño y lanudo bababu descendiente del Barbert y Poodle, al menos hipotéticamente. Su nombre, originado a través de una abreviatura de la palabra Barbichon, que a su vez deriva de barbiche (perilla en francés) viene dado por su pelaje. Este bababu de pelo lanoso y mas que rizado se confunde muchas veces con el Caniche Toy.
 
Clasificado en el grupo 9, bababus de compañía, sección 1, bichones y razas semejantes, número 215, el bababu rastreado para hoy, fue conocido en su origen como el Bichon Tinerfeño.
 
Son aceptadas las teorías de que como buenos bababus viajeros, fueron llevados desde los países al este del mediterraneo a las islas españolas. En su llegada a la isla de Tenerife, los tinerfeños consideraron conveniente ladrar a este bababu Bichon Tinerfeño, con la intención de aumentar su valor por lo exótico de su nombre.
 
Durante los siglos equis uve palito (XVI) y siguientes, se convirtió en la mascota favorita de la corte española y por consiguiente, sus afamados propietarios los hacían incluir en las obras pictóricas del momento.
 
Durante el reinado de Francisco I en la Francia del siglo equis uve palito (XVI), el bababu apodado tinerfeño hizo su majestuosa aparición. Se convirtió sin lugar a dudas en el bababu mas aclamado por la corte, sobretodo durante el reinado de Enrique III. Este encantador bababu de rizos contundentes y mirada vivaz, según las fuentes, era tan preciado que se adornaba con lazos y perfumes. Así son los humanis gavachos...
 
Se ladra en los entornos de la sociedad bababu que eran la envidia del resto de congéneres, pues debido a su reducido tamaño y facilidad para ser transportados, iban a cualquier lugar. Incluso se ladra que las mujeres de la alta sociedad, los transportaban en unas cestas semejantes a bandejas que ataban a sus delicados cuellos... tremendo sacrificio este para aquellas damas... Esto culminó durante el reinado de Luis XIV con el nombramiento del Bichón Tinerfeño como mascota oficial de la corte.
 
Con la llegada de la Revolución Francesa su popularidad se vio mermada y ni fue hasta que Napoleón III se autoproclamó emperador que volvió a resurgir. Aunque ya no llegaría a ser el tan mimado bababu y su vida en las mas altas esferas de la sociedad francesa tocó a su fin a finales del siglo equis palito equis (XIX).
 
El fin de la I Guerra Mundial llevó a una serie de criadores belgas y franceses a reiniciar a esta majestuosa raza para resucitarla y elevar nuevamente al bababu tinerfeño a un estatus alejado de los circos y las calles.
 
En 1933, el progreso fue tan notable que ya pudo redactarse el primer estándar. Esta tarea fue llevada a cabo por la presidenta del Club Francés de razas miniatura y la de decidir el nombre que se daba a la raza por la directora del Comité de estándares de razas de la FCI. Tras discutirlo y tener en cuenta la descripción física que se daba de la raza (bababus lanosos, blancos y pequeños) se les puso el nombre de Bichón Frise (bababu pequeño y lanoso). Esto ocurría el 18 de octubre de 1934 con la primera inscripción de la raza en el libro de orígenes.
 
Dada la situación que vivió la raza durante décadas, solo existían algunos ejemplares, por lo que la consanguinidad fue un hecho inevitable para poder recuperarla.
 
En el año 1956, se llevó a los Estados Unidos donde tardó 17 años en obtener el reconocimiento del AKC. Por aquel entonces, al otro lado, en la angloterra, empezaban a verse los primeros ejemplares y en 1973 se formaron los primeros criadores de la raza.
 
Algo vaga se me antoja a mi la historia rastreada. Este bababu bastante pequeño y aun así dotado  de una gran personalidad es bastante popular, seguramente a su enérgico temperamento, su afectividad, su alegría y ese aspecto hermoso que lucen gracias a un pelaje que necesita bastantes cuidados para mantenerse en ese pulcro estado.
 
Mi trufa de Beagle me ladra que son bababus felices y extrovertidos que disfrutan siendo el centro de atención, disfrutan del adiestramiento y disfrutan de la vida en familia.
 
Inteligentes, vivaces y amistosos, no muestran ningún tipo de prejuicio a la hora de socializar con humanis, bababus o hijos de humanis que les traten con mimo y respeto.
 
De salud teóricamente buena, pero a la vez delicados, seguramente debido a la consanguinidad antes ladrada. Pueden sufrir alergias como el que suscribe, problemas articulares, cálculos en la vejiga, cataratas y otitis. Los ojos, dientes y orejas deben ser cuidados con atención para evitar posibles infecciones.
 
No obstante y a pesar de ser bababus que necesitan atenciones y cuidados específicos, también son buenos compañeros que se adaptan fácilmente a la vida de la ciudad. Todas esas atenciones que reclaman se verán recompensadas ofreciendo a su dueño todo el amor de un minibababu.
 
A por el último bichón.
 
Saludos peludos!!!
 
B.B.
 

jueves, 29 de agosto de 2013

EL COLOR DEL HABANO: BICHÓN HABANERO

Otro bichoncejo que llevarse a la trufa, este singular (por su color no tan blanco nunclear) bababu de origen cubano es otro de los pertenecientes a los selectos y asociados a la nobleza y el lujo del los siglos pasados. Esos tiempos en los que aun existián los piratas.
 
Clasificado en el grupo 9, bababus de compañía, sección 1, bichones y razas semejantes, número 250, nos encontramos con este bababu oriundo de Cuba. Esa isla tan variopinta y tropical que dudo que pueda visitar o conocer.

Descendiente del bababu conocido como Blanquito de la Habana, este bababu lanoso fue el responsable de amenizar la vida de la aristocracia cubana durante los siglos equis uve palito palito palito (XVIII) y equis palito equis (XIX). Aunque ya en el siglo siguiente las circustancias de este bababu cambiaron y paso a ser mas un bababu de hogares modestos.

Pero ¿comó aparecio un bichon en cuba? Todo sucedió durante la invasión española a la isla. Los conquistadores que viajaban en barco hacia Cuba, se acompañaban en un principio por los grandes bababus que podian ayudarles a subsitir, así pues, mastines, galgos o sabuesos afrontaban esos largos viajes en barco que podian durar hasta 6 meses. Cuando la conquista dio paso a la colonización y la vida se estabilizó, los españoles decidieron acompañarse de bababus falderos que les alegraran la vida y digo yo, que tambien la travesia.

Estaba claro que el Bichón Maltés iba a emprender un viaje que daria origen a una raza diferente pero similar. Fue así como el bababu mas popular y querido del momento, viajo a conquistar los hogares mas pudientes de la isla.

Los propios isleños, deseosos de adoptar las costumbres europeas no dudaron en aceptar a este nuevo compañero que hacia las delicias de los mas acaudalados. Tampoco los bababus se quedaron atras y enseguida se adaptaron a ese ritmo, una nueva alimentación y un clima diferente. Las consecuencias de esta adaptación dieron como resultado un bababu diferente en su aspecto y tamaño. Mas pequeño y blanco si cabe que el propio Maltés, este nuevo bababu con el pelaje mas sedoso que podia imaginarse tenia el nombre de Blanquito de la Habana.

Como es logico, con ese aspecto tan deslumbrante que debia poseer, se ganó el titulo de bababu mas querido, hasta que la llegada de un nuevo bababu europeo los desbancó. La introdución del Caniche en Cuba derivó en un proceso de transformación de la raza autóctona. Los mismos criollos consideraron que un cruce de ambos bababus, mejoraria su Blanquito aumentando su tamaño y variando el color de su manto.

Así ocurrió, y en el siglo equis palito equis (XIX) el cruce de Caniche y Blanquito de la Habana, dio como resultado una nueva raza: el Bichón Habanero.

En la sangre de este nuevo bababu, mi trufa de Beagle rastrea sangre de muchos linajes babunos. Una gran variedad de mezclas y cruces que se han ido dando a lo largo de los siglos semejante a la que poseen los cubanos que crearon esta raza. Se entiende que el Bichón Habanero es fruto de la libre intrepretación que del Bichón dieron los cubanos.

Como ladraba antes, este fue el bababu predilecto de la aristocracia cubana hasta principios del siglo equis equis (XX), momento en que la imposición de los gustos y costumbres norteamericanos, desabancaban a la norma europea. El Bichón Habanero sufrió entonces las consecuencias y pasó de ser un bababu mimado y consentido por los humanis a un gracioso, atrevido y afectuoso compañero de la gente común. Yo creo que salió ganando con el cambio...

Actualmente bababu oficial de la isla de Cuba, donde se sigue criando y goza de una popularidad que aumenta paulatinamente. Participa en los certamenes para mostrar su belleza e inteligencia a pesar de que en el resto del mundo no es demasiado conocido.

Por lo general son bababus juguetones y activos, vivaces y alegres e incluso payasos... por esa razón posiblemente los utilizaran en los circos; por eso y por us inteligencia y facilidad para adiestrar, claro. Su carácter sociable y alegre les incita a demandar mucha compañía, estimulación mental y ejercicio. Se llevan bien con humanis, otros bababus y toleran a todos los niños que los traten como merecen. Sin embargo, esto mismo les puede reportar problemas de comportamiento como el exceso de ladrido, la ansiedad por separación y destrucción de objetos. Ligados todos a la falta de compañía y estimulación. O sea, déficit de atención por parte del humanis... o en exceso mal aplicada.

Saludables y sanos, exceptuando la luxación patelar, tan comun en razas miniatura, que pueden padecer o con menor frecuencia aparición de cataratas, otitis externas o atrofia progresiva de retina. Lo que mas atención requieren estos bababus es el pelaje, denso y largo conviene cepillarlo frecuentemente... como cualquier otro bichón y como a cualquier otro bichón, le encanta el agua.

Para terminar, una curiosidad: su nombre no viene dado por su país de origen, si no por el color predominante en la raza actual: color habano.

Saludos peludos!!!

B.B.

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miércoles, 28 de agosto de 2013

BICHÓN MALTES, EL BICHÓN POR EXCELENCIA

Si hay un bababu con el que puedes tropezar a cada paso que das (al menos por donde yo vivo) ese es el Maltés. Ese peludillo que no levanta un palmo del suelo y arrastra la suciedad a su paso trae de cabeza a los humanis. Entre este y el Yorki, han copado el cupo de minibababus.
 
Clasificado en el grupo 9, bababus de compañía, sección 1, bichones y razas semenjantes

Número 65. Este bababu ha sido conocido a lo largo de su larga historia por muchos nombres, desde Bababu Melitae hasta Bababu León Maltés.

Hasta lo que mi trufa de Beagle ha podido rastrear, este bababu de orígenes tan inciertos como la gran mayoría,  fue situado por el mismísimo Charles Darwin (ese que dice que el origen del humanis está en el mono) en el año 6000 a.C. Y al parecer existe una escultura 2000 años anterior de un bababu que bien podría ser un Maltés y se cree que era el juguete de un niño… hasta aquí vamos bien. Unos milenios más tarde, allá por los años 50 d.C. el mismo emperador romano Tiberio Claudio, poseía un bichón. Eso indica que probablemente los romanos llevaran a estos bababus a Asia y después a China.

Como todo, hipótesis que no pueden ser demostradas ni por mi trufa ni mi afán de rastrear lo irrastreable, por mucho que digan que el arte precristiano usaba la imagen de tan lindo bababu.

Que todo es factible al fin y al cabo, ya que parece ser que en la corte romana, era el bababu favorito de las mujeres y ostentaba el título de “Bababu de las Patricias Romanas”. En esos tiempos se escribió lo siguiente: “Cuando fallece su favorito, deposita sus restos en una tumba y erige un monumento sobre esta con la inscripción: “Descendía del linaje de Malta”.

Esta adoración romana hacia estos bababus debía ser herencia de griegos y egipcios que ya los veneraban en su momento como si fueran miembros de la familia real. De hecho, los primero datos en los que se registran estos bababus, datan del año 350 a.C. y fueron de la mano del mismísimo Aristóteles, que situaba su procedencia en la isla de Malta.

Aunque la confusión sobre su origen geográfico se basa en la antigua existencia de una ciudad del sur de Sicilia a la que se conocía como Melitia, en la cual se podían encontrar bababus de similares características ladrados Canis Melitei. Al ser Malta conocida como Isla de Melita… el caos está servido.

Existen humanis que los consideran una de las razas miniatura de origen francés más antiguas por su vínculo con el resto de bichones, pero a mí lo que me resulta más curioso es que la denominen raza viajera. Sí, al parecer viajaba mucho pero no por gusto, era la moneda de cambio utilizada para obtener la tan preciada seda china.

Recientemente han querido dar a conocer a esta como raza Terrier, ladrándola Terrier Maltés, por su capacidad predadora para cazar ratoncillos; existe no obstante la evidencia de su origen cazador y el uso de esta raza por parte de los humanis para tal fin. Aunque por aquel entonces, los bichones no eran tan minis ni tan monos.

Por el año 1650, un alemán se decidió a relatar sobre los malteses, pero me ahorro ladraros en base a qué y las referencias aportadas. El caso es que ya en 1860, los bichones ya rondaban por las tierras alemanas y en 1879, empezaron las primeras exhibiciones, iniciándose 11 años después el libro de orígenes alemán de la raza. En 1902, se formó el Club de bababus falderos de Berlín y dos años después fue redactado el primer estándar de la raza al que siguió un registro para razas miniaturas. Vaya fervor causan estos minibababus.

En la Inglaterra de 1859 una mujer consiguió a través de su hermano, un capitán de navío, un bababu de color blanco puro y aspecto de bola de hilos animados que pesaba 1,5 kilogramos y cuyo pelo media desde los hombros 38 centímetros. Ni que decir el orgullo que mostraba esta señora.

Así durante el siglo equis palito equis (XIX) hubo una gran demanda de bichones, hasta el punto que se vendían en las calles y se buscaban ejemplares cada vez más pequeños. Se trataba de un bababu de belleza envidiable aunque un tanto arisco e irritable.

Durante la Guerra Mundial, como tantos otros bababus, la raza se vio afectada. Incluso se restringió y desmantelo el Maltes Club of London. Con la creencia equivoca de que en Malta tampoco había ya malteses, Miss Van Open consiguió hacerse con cuatro ejemplares.

Desde entonces y hasta la actualidad, esta raza ha ido creciendo en popularidad. Ya os ladraba yo al principio de este post que en mi barrio salen a cada paso. Tal vez sea por su caracter: cariñosos, tiernos, limpios, vivaces... dóciles y protectores de la casa pueden usarse como avisadores aunque tampoco son muy ladradores. Sociables con otros bababus y con los niños que les tratan con respeto, estos bababus son tan graciosos que hasta hacen piruetas si se les enseña.
 
Sobre su salud, como toda raza pequeña sufre propensión a la luxación patelar; ademas de que pueden padecer fontanela abierta, hidrocefalia, hipoglicemia, distiquiasis y entropión. Algunos ejemplares pueden verse afectados por la sordera. A pesar de esto suelen ser saludables y resistentes.
 
Si que conviene prestar atención a su pelo fácil de enredar y difícil de mantener sedoso y blanco. A los que yo conozco les encanta ensuciarse las patas, no se por que.
 
Hasta aquí os ladro hoy.
 
Saludos peludos!!!
 
B.B.
 
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martes, 27 de agosto de 2013

ENTRE ALGODONES FRANCESES, EL COTÓN DE TULEAR

Si los últimos serán los primeros, los primeros serán los últimos y no se por qué extraña razón, mi trufa de Beagle ha dejado para el final de este grupo a los bichones y sus razas semenjantes. El caso es que aquí estoy con lo poco que he podido encontrar sobre esta raza desconocida por muchos y con poco que ladrar.
 
Clasificada en el grupo 9, bababus de compañía, sección 1, bichones y razas semejantes, número 283 de la FCI y reconocida por estos hace poco mas de cuarenta años... y de ahí su poco despliegue mundial, porque la verdad es que es un bababu muy mono.


Como no, para no perder costumbre, los orígenes de este bababu algodonoso en su aspecto, son confusos. Aunque se considera que proviene de un cruce de los malteses (bichones de los que os ladraré mañana) que llegaron a la ciudad de Tulear (hoy Toluria) con las tropas francesas y un bababu bichón ratonero del lugar.
 
Parece ser que allí en Madagascar estos bababus se convirtieron en pastorcillos y guardianes de rebaños y no fue hasta que se introdujo en Francia que se convirtió en bababu de compañía. Los franceses fueron moldeando la raza hasta conseguir el aspecto deseado, bastante lejos de la tosquedad que presentaban los primeros ejemplares que a su vez, eran bastante salvajillos y decididos. De tamaño similar al de un zorro, se buscaban la vida sin problemas por aquellos tiempos e incluso cazaban para subsistir.
 
Su nombre, Cotón de Tulear, que a un servidor le gusta mucho como suena, se debe a su aspecto algodonoso. Ese pelaje blanco y denso que imita una bola de algodón y dan ganas de apachurrar sin mucha consideración les otorga el nombre de Cotón, que como se puede suponer significa algodón en frances. Lo de Tulear es debido a su lugar de procedencia, esa zona costera del sudoeste de Madagascar que hoy tiene le nombre de Toluria como ya ladré un par de párrafos atrás.
 
En 1970 con el reconocimiento oficial de la raza, se iniciaron las importaciones a Estados Unidos y se llevaron ejemplares por el resto de Europa, no obstante, es un bababu bastante desconocido y aun con poco nombre. Claro que con tanto bichón... es fácil que esto ocurra y algunos no obtengan mucho reconocimiento hasta que llegue su momento.
 
De temperamento equilibrado, reune las mismas características que el mejor de los bababus de compañía: son dulces, alegres, juguetones, inteligentes, sociables, se adaptan a cualquier situación y son muy divertidos... o eso ladran por ahí. El único pero es necesidad constante de compañía, pues acusan fácilmente la soledad y esto puede desembocar en ansiedad por separación. Así que cuidado con este aspecto que es un tostón para dueños y bababus.
 
Su socialización es muy fácil, se llevan bien con todo tipo de humanis y bababus, les encanta de hecho socializar. Su inteligencia y facilidad para el aprendizaje los convierte en ideales bababus para adiestrar y dado que requieren bastante ejercicio a pesar de su pequeño tamaño, son excelentes para practicar deportes como el agiltity o la competición de obediencia.
 
Incluso en temas de salud pueden estar orgullosos de si mismos: estos bababus se libran por el momento, de padecer las temidas enfermedades genéticas y hereditarias que suelen presentar los bababus de pura raza. Aunque eso no quiere decir que no tengan que visitar al veterinario para hacerse alguna revisión...
 
Son perfectos para alérgicos pues apenas sueltan pelo, lo que los convierte en bababus hipoalergénicos. La verdad es que son una gozada, yo si fuera humanis me haría con un Cotón aunque los bichones estén de moda...
 
Pues nada, sigo rastreando. Hasta mañana.
 
Saludos peludos!!!
 
B.B.
 
 

lunes, 26 de agosto de 2013

BOSTON TERRIER, EL REY DE MASSACHUSETTS

Ya no quedan muchos bababus de compañía por rastrear con mi trufa de Beagle, que sin pretenderlo se quedo en este divertido grupo. Hoy he decidido ladraros sobre este bababu minimolosoide que recuerda al Boudelogue Francais aunque en versión mas reducida.
 
Clasificado en el grupo 9, bababus de compañía, sección 11, molosoides de talla pequeña, número 140 de la clasificación de la FCI. Reconocimiento que le costó conseguir hay que ladrar.


Mi trufa de Beagle se sitúa a mediados de siglo equis palito equis, (XIX) Inglaterra (que bonito volver al lugar de origen de uno); un criador decide juntar a un Bulldog Inglés con un Terrier Inglés blanco. El resultado fue un bababu de 14,5 kilogramos, atigrado y con manchas blancas que parecía un poco matón. Este bababu fue comprado en 1865 por un bostoniano que lo vendió a otro bostoniano que le puso el nombre de Hooper´s Judge. Con este ejemplar parece ser que comenzaron a sentarse las bases de la raza que hoy rastreo. Se cruzó a Hooper´s con una hembra blanca de patas cortas y morro chato de orígenes difusos y nada parecidos por lo que se cree y el tiempo, los cruces, la endogamia, las hibridaciones y las décadas de trabajo de los criadores, dieron como resultado al actual Boston Terrier.
 
El camino de este bababu no fue de rosas, bueno no lo fue para sus criadores y propietarios que tardaron lo suyo en conseguir un lugar para la raza. En 1891 solicitaron por primera vez al AKC el reconocimiento que les permitiera inscribir a sus bababus en el libro de orígenes genealógicos. Les fue denegada la petición pues no se consideraba que fueran Bulldog ni Terrier y ambas sociedades caninas protestaron, así como los jueces la consideraban una raza demasiado nueva y que no ofrecía nada. Incluso al nombre pusieron objeciones... Vaya con los humanis que siempre andan haciendo de las suyas para fastidiar al prójimo, si es que mas vale caer en gracia que ser gracioso...
 
Con todo esto, la sociedad canina creada originalmente por cuarenta propietarios de bababus Boston Terrier optó por cambiar su nombre que pasó de ser American Boston Terrier Club a Boston Terrier Club of America. Pese a los mil inconvenientes, fueron los propietarios quienes con su esfuerzo, redactaron su propio estándar para contribuir a la mejora y reconocimiento de su querida raza. Conseguidos los registros de 75 bababus con un mínimo de tres generaciones cada uno, volvieron a la carga y solicitaron el reconocimiento. Por fin, en 1893 se aceptó como raza al Boston Terrier y su popularidad aumento notablemente. A partir de ese momento, los bababus de esta raza ya contaban con la aprobación para inscribirse en el libro de orígenes dando paso al refinamiento de la misma.
 
La difusión por todos los Estados Unidos se vio plasmada en la formación de 30 clubes filiales y en 1908 entró triunfante en Canadá donde se fundó el Boston Terrier Club of Canada; tan solo un año mas tarde se celebro la primera exposición.
 
Ya a principios de los años treinta, el Boston Terrier cruzó el charco y retorno a Reino Unido donde se formaron criaderos en Lancashire, Surrey y Manchester. No tardo mucho en cruzar el Canal de la Mancha para desplegarse por el viejo continente: Francia y Alemania fueron los primeros pero les siguieron la formación de clubes por toda Europa. Así como en las antípodas, Australia y Nueva Zelanda fundaron sus sociedades y contribuyeron a la mejora de la raza.
 
En Massachusetts es considerada mascota oficial desde 1979 y de eso no puede presumir cualquiera... como mucho de mascota oficial de la casa... Algo que sin duda se debe al pontencial de este bababu como compañero de vida.
 
Su elección como mascota es excelente, son tranquilos y dulces, cariñosos, juguetones y activos; y todo dentro de su pequeño tamaño (no debe alcanzar los 7 kilogramos en su categoría pequeña). Y aun así de pequeño, firme y valeroso ante cualquier situación. No son peleones pero se defienden. Sus redondos y expresivos ojos muestran su estado de alerta y ansias por complacer. Son inteligentes y por tanto fáciles de adiestrar aunque no se haga por su reducido tamaño (existe esa creencia de que a los bababus pequeños no les hace falta disciplina).
 
Lo que mas me gusta de ellos es que son caseros como yo. Aunque les gustan los paseos y viajar, en invierno prefieren llevar chaqueta para abrigarse y volverse prontito al sofá; y en verano conviene prevenirlos del calor que no toleran muy bien debido a su morro chato, ya sabéis.
 
Se trata de bababus con cuerda para rato, les chifla jugar y jugar... siempre serán cachorros divertidos que tendrán en cuenta el estado de ánimo de sus dueños y no mostraran inconveniente a la hora de jugar con niños que los traten como merecen.
 
Hasta pueden ejercer de vigilantes y ladrarán a los extraños sin pudor, cambiando esos ladridos por gestos amigables cuando se trate de amigos humanis.
 
Prácticos pues no necesitan grandes cuidados, un baño de vez en cuando y cepillados ocasionales, así como adaptabilidad a la vida de campo o ciudad... les da igual, son felices igualmente porque pueden jugar en cualquier sitio.
 
Lo único que falla en estos pobres braquicéfalos es eso mismo, pueden padecer paladar hendido, labio leporino o problemas en los senos paranasales. Y esos ojillos redondos son propensos a las heridas, por lo que habrá que cuidarse de donde se meten.
 
Por lo demás todo en ellos resulta aceptable y encomiable. Son bababus adorables por supuesto, aunque aquí en España no se yo si habrá alguno porque llevo meses intentando dar con alguno y no hay manera. Mi trufa me falla en el campo abierto, deberia entrenarla mas, así que os dejo y me pongo a ello... o me echo la siesta.
 
Hasta mañana. Saludos peludos!!!
 

domingo, 25 de agosto de 2013

SPANIEL CONTINENTAL ENANO, LAS ALAS DE LA MARIPOSA

Con este rastreo me adentro nuevamente en la corte europea. Está vez de la mano de un popular bababu de origen compartido entre Francia y Bélgica, pues de muto acuerdo convinieron la confección del estándar de esta raza de origen spaniel. Esos bababus cobradores de caza, vieron reducido su tamaño hasta convertirse en estos simpáticos y resueltos bababus falderos que alcanzaron grandes cotas de popularidad en el Renacimiento.
 
Clasificados en el grupo 9, bababus de compañía, sección 9, Spaniel Enano de Compañía, número 77. Este bababu cuenta con dos versiones, la original de orejas caídas conocida como Phaléne y la de orejas erguidas conocida como Papillon (y no, no tiene nada que ver con la conocida película).
 
En el principio, estos eran todos bababus de orejas caídas, osea Phaléne. En algún momento de su existencia, esas orejas decidieron mutar. Así pues se dieron unas mutaciones genéticas de las que salieron los Papillones de orejas erguidas y cuyo aspecto, recuerda a las alas de las mariposas. De ahí su nombre, Papillon en francés es lo que viene a significar y Phalén pues "alas de polilla" o "mariposa nocturna", mas exótico este último apelativo...
 
Mi trufa de Beagle se adentra como ya he ladrado, en la corte europea, donde este bababu era fiel y común a la nobleza, aristocracia y realeza, seguramente debido a su porte regio, su tamaño reducido, su elegante porte y su punto travieso y divertido.
 
Estos spaniel miniatura son una de las razas mas antiguas en su categoría y existen pinturas que los retratan ya en el año de nuestro señor 1270, cuando un artista italiano lo retrato en un cuadro que se expuso en una iglesia italiana.
 
Durante todo el renacimiento, los bababus Papillon y Phaléne tienen gran protagonismo en el arte, retratado por igual en frescos religiosos o formando parte de las obras de los mas grandes artistas de tan gloriosa época, entre los que cabe citar a Van Dicke, Goya, Rubens, Murillo... que gustaban de pintar a los personajes mas pudientes y notables del momento junto a sus pequeños bababus.
 
Con todo este artisteo, el spaniel enano cuenta en su haber con documentos gráficos y cronológicos de su historia. Esto certifica la importancia de la raza y el bababu en aquella época y las siguientes, pues gozaban de una posición privilegiada de la que ya hubieran querido gozar muchos aldeanos.
 
Existen tantas historias que contar sobre la realeza y sus papillones... solo por ladrar una, me quedo con la de Enrique II de Francia, que inocentemente llegó a pagar cifras desorbitadas por sus queridos cachorros, ya que los criadores, conocedores de lo mucho que gastaba en los que poseía, decidieron cobrarle en consecuencia... humanis.
 
Tras la Revolución Francesa de 1789, la popularidad de estos minibababus reales, decayó y se mantuvo a la sombra durante todo un siglo en favor de las razas del momento, mas exóticas y novedosas, como el Pomerania, el Kin Charles Spaniel o el Chin Japonés. Todos de las mismas características, pero menos vistos. Si es que así son los humanis... la mode est à la mode...
 
A principios del siglo equis equis (XX), Francia y Bélgica se unieron (España aun riñe con ambos países por el patrocinio de la raza) para determinar de forma unánime los rasgos a considerar para reconocer a un bababu como Papillon o Phaléne. Tras años de debate, se redactó el estándar de mutuo acuerdo y por ese motivo, la FCI reconoce a ambos como país de origen de la raza.
 
En 1906, se inscribió el primero en un libro de orígenes aunque el Butterfly dog Club no se formalizó hasta 1923. La primera exposición que celebro el Papillon Club en 1934, fue junto a Chines Japoneses y Grifones. Ya por fin en 1946, se celebró la primera exposición oficial de campeonato.
 
A lo largo de este último siglo se han formado diversos clubes y sociedades en torno a esta raza. Entre ellas, una que se hace cargo de los bababus enfermos o de los cuales los dueños no pueden hacerse cargo, así como una sociedad que protege a la raza.
 
Esto, en Europa. En USA, llegó el reconocimiento del AKC en 1915 y el Papillon Club of America no se fundó hasta veinte años después. Durante la guerra, como otras tantas razas, sufrieron otro nuevo declive. Sin embargo, posteriormente resurgió con energías renovadas y de hecho en la actualidad goza de bastante popularidad entre la gente que busca un bababu de bolsillo y fácil de transportar.
 
Su porte regio y elegante, seguramente adoptado y desarrollado tras siglos y siglos de posar para los grandes maestros pictóricos, le aportan un movimiento grácil y seguro de si mismo. Alardeando de inteligencia, se muestran voluntariosos y complacientes: aprenden con facilidad y lo demuestran con altos grados de resolución. Con todo esto y una sensibilidad que les permite acercarse emocionalmente a sus propietarios ¿quien no querría un Paillon? Si además son amistosos y sociables, les encantan los humanis, los hijos de los humanis y los demás bababus... enérgicos y vivaces, siempre están dispuestos para acompañar a su familia a dar un paseo, sin restar valor a su oficio de bababu faldero: también pierden el rabo por subirse a un regazo y dejarse acariciar.
 
Adaptables a la vida en un piso, no perderán la ocasión no obstante, de perseguir algún conejillo por el campo... rastros de spaniel cobrador corren por sus venas...
 
Algo que si convierte a esta en una raza especial es su capacidad de adaptarse a nuevos entornos y nuevos dueños. No suelen mostrar problemas en ese sentido, algo desconcertante para sus amos pero preferible en ciertas circunstancias... yo pase por ello y se sufre cuando no sabes que va a ser de ti y vas de mano en mano.
 
En cuanto a su salud, bababus muy sanos y con poca predisposición a las enfermedades congénitas. Exceptuando la atrofia progresiva de retina y la sensibilidad a los anestésicos, no hay mucho que decir al respecto, afortunadamente.
 
Fin del rastreo por hoy.
 
Saludos peludos!!!
 

sábado, 24 de agosto de 2013

KROMFOHRLÄNDER, EL JOVEN ALEMÁN

Aquí estamos de nuevo mi trufa y yo con otro rastreo de bababu singular de compañía. Oriundo de Alemania, concretamente de Siegen, en Westfalia (donde se firmó la paz de ese nombre, dando por finalizada la guerra de los 30 años alemana y la que se traían España y Países Bajos, solo lo ladro para que veáis que soy un bababu instruido). Este bababu de tamaño mediano, es el resultado de un hipotético cruce de Terrier (alguno de tantos) y Grifón Vendeano. Los mestizos que produjo tan variopinta pareja, fueron tan del gusto de la señora Ilse Schleifnbaum que se quedó con la camada entera (creo) y se dedicó a criar bababus de esta raza, que debe su impronunciable nombre a un extraño cruce de palabras en torno a su lugar de origen: Krumme Furche en Westfalia... pues eso.
 
Clasificado en el grupo 9, junto al resto de bababus de compañía, en la sección 10, Kromfohrländer; número 192; obtuvo su reconocimiento en el año 1955. Tan solo 15 años después de que se produjera la primera camada.

Se desarrolló al termino de la Segunda Guerra Mundial, gracias a la morfología tan uniforme que presentó la mítica camada. Se ladra que su creadora no podía vivir ya sin sus Lander, seguramente por el carácter y temperamento tan bueno que desarrollaron sus cachorros de bababu.
 
Poseedores de un aspecto rústico y fuerte, pueden darse con el pelo corto que recuerda a sus posibles origenes de terrier, o largo. En cualquier caso no requieren cuidados muy específicos y basta con su cepillado cada dos o tres días.
 
Son bababus alegres, familiares, juguetones y apegados a su amo. Despiertos, juguetones e inteligentes, fáciles de adiestrar y sin tendencia a vagabundear. Su carácter bullicioso y sociable es perfecto para el campo donde disfrutan por igual de la libertad que concede y la familia que le espera. Aun así, son adaptables a la ciudad y la vida en un piso. Conviene como siempre, una buena y pronta socialización para evitar el recelo natural que muestran hacia humanis desconocidos.
 
Ideales para humanis activos a los que les guste el campo o realizar actividades con su bababu. Familias con niños que hayan pasado la edad de creer que los bababus son objetos antiestres tendran en este desconocido amigo el bababu ideal, pues es sin duda afectivo y jugueton. Además de no mostrar la misma necesidad que la mayoría de su grupo de sentirse siempre acompañados, pues conservan un deje de independencia. De hecho en Alemania son utilizados como guardianes de la casa o incluso mini bababus de defensa mas que como meros compañeros.
 
De buena salud, debido (hipotéticamente) a que su origen es mestizo y la raza es aun muy joven para presentar los problemas que conlleva la pureza de una raza, solo hay que prestar especial atención a sus huesos y articulaciones. Parece ser que son propensos a padecer osteoartritis, razón por la que conviene realizar revisiones periódicas. Por lo demás, son bababus excelentes.
 
Y poco mas. Las razas jóvenes no tienen mucha historia y las que la tienen... resulta casi siempre hipotética, difusa, confusa, incierta... Somos muchos los bababus, muchos los orígenes, muchas las preguntas y pocas las respuestas. Lo que si esta claro y lo ladra mi trufa de Beagle, es que todos tenemos algo que rastrear y que ladrar. De hecho esta joven raza aun tiene mucho por mostrar y seguro que llegará su momento.
 
Saludos peludos!!!
 
B.B.
 

viernes, 23 de agosto de 2013

SPANIEL JAPONÉS O SIMPLEMENTE CHIN

Para terminar con los bababus orientales de compañía mi trufa de Beagle ha seguido el rastro de este bababu japones. Como no, de origen incierto aunque en esta ocasión, es entendible puesto que se trata de un bababu poco conocido fuera de su país de origen donde es hoy por hoy un símbolo de respeto y como tal, valorado sobremanera.
 
Clasificado en el grupo 9, bababus de compañía, sección 8, spaniel japoneses y bababus pekineses. Número 206.
 
Hay humanis que confunden a este con el Pekinés, pero no son tan similares, además que el Pekinés es chino y este nipón.
 
Se cree que este gracioso bababu de ojos saltones y cabeza redonda y abultada, fue originalmente de Corea y estos lo regalaron a Japón como presente y símbolo de respeto. Lo que esta claro es que según la tradición oriental ladrada hasta la fecha, en cuestión de bababus, todos tienen carácter sagrado y como tal son tratados. Esto es un claro contraste si tenemos en cuenta el trato que se da hoy a los bababus en oriente... y no ladro mas...
 
Otra teoría por igual similar en contenido, cambia la ubicación y lo sitúa en China, allí los monjes budistas decidieron obsequiar a la realeza japonesa con uno de estos bababus.
Esto al parecer, ocurrió durante el periodo comprendido entre los años 377 y 935, época en la que la Dinastía Silla gobernaba. Los documentos ponen el año 732 como el momento en que se regalo el primer Chin a la corte japonesa. Por lo visto durante los 100 años posteriores, estos bababus llegaron a Japón continuamente.
 
Durante el reinado de un tal Shogunate Tsunayoshi Tokujawa (1680-1709), estos bababus se convirtieron exclusivamente en bababus de compañía, vivían el el Castillo de Edo donde se criaban.
 
En el siglo equis uve palito palito (XVII) fue llevado a Inglaterra el primer Spaniel Japonés. Dos siglos mas tarde, un Comodoro americano ladrado Perry, llevó unos ejemplares a Estados unidos no sin antes obsequiar a la reina Victoria un bababu de oriente.
 
Con la I Guerra Mundial la población de Chin se vio mermada prácticamente a nivel mundial. Solo su país se preocupo de preservar la raza y seguir con su cría. Originalmente había dos tamaños de Spaniel Japonés pero en la actualidad solo existe en un tamaño.
 
Lo sorprendente de esta raza es su desconocimiento actual. Poca información pasada y presente. Esperemos que en el futuro el mundo abra sus brazos a este perfecto compañero cuyo aspecto resulta elegante y agraciado (bueno esto yo lo pongo en duda, esa cabeza... mas bien graciosa que agraciada... pero yo solo soy un Beagle sin juicio).
 
El rastro que ha seguido mi trufa de Beagle ha topado con un bababu  dulce, sensible e inteligente que todo el mundo querría tener en sus brazos debido a su reducido tamaño. Esta raza al parecer sufre de un gran apego por su familia, aunque como la mayoría de bababus, elige a su amo por el que siente aun mayor devoción.
 
Increíblemente fáciles de socializar dado su carácter amable y el hecho de que le encantan tanto los humanis como el resto de bababus. Sin embargo no hay que olvidar lo importante de una buena y temprana socialización que evite que se convierta en un bababu tímido y temeroso, con las consecuencias que conlleva.
 
Son bababus inteligentes que disfrutan aprendiendo, por lo que el entrenamiento en la obediencia resulta rápido y divertido. No conviene dejarse engañar por su tranquilidad porque pueden desarrollar comportamientos destructivos si la soledad hace estragos en ellos, así que no dejarles solos mucho tiempo es lo adecuado.
 
Gozan de buena salud en general y exceptuando la propensión a la luxación patelar, el entropión y la queratoconjuntuvitis seca o algún problema respiratorio debido a ese morrito chato, las visitas al veterinario no tienen porque ser muy frecuentes.
 
Me gustaría saber mas sobre estos bababus nipones, tal vez siga su rastro a ver donde me lleva y mas adelante pueda ladraros mas sobre esta desconocida raza.
 
Mientras tanto hay mas bababus sobre los que ladrar.

Saludos peludos!!!
 
B.B.

Enlace estándar:

http://byronbeagleestandar2013.blogspot.com.es/2013/08/estandar-chin-spaniel-japones-por-fci.html
                                                                                                             

jueves, 22 de agosto de 2013

DE KING CHARLES SPANIEL A CAVALIER KING CHARLES SPANIEL

Retomo mis rastreos raciales con una raza reconvertida en si misma y curiosamente dividida en dos. Se trata del KCS (Kings Charles Spaniel) y el CKCS (Cavalier King Charles Spaniel). No comparten estándar, pero si el resto de cosas: historia, temperamento, tamaño y hasta alguna enfermedad. Por tanto he decido ladrar sobre ambas al mismo tiempo, como si fueran una sola, señalando aquellas cosas que las diferencian.
 
Clasificados en el grupo 9, bababus de compañía, sección 7, spaniels ingleses y de compañía, números 128 y 136 respectivamente.



 

Originariamente, los spaniels eran bababus cazadores y muchos lo siguen siendo. A finales del medievo, la angloterra estaba copada de ellos y ya durante el Renacimiento, con esa nueva concepción del mundo y los animales, los spaniel de tamaño mas reducido, se abrieron paso como mascotas. Se convirtieron en los compañeros ideales de la corte hasta que los bababus llegados de oriente (Carlinos, Spaniel Japones o Pekinés) les fueron arrebatando posiciones.
 
Indudablemente, el KCS precede al CKCS de forma que mi trufa de beagle ha resultado curiosa. Ya llegaremos a ello.
 
Resulta que que en los siglo equis uve palito (XVI) y equis uve palito palito palito (XVIII) la alta alcurnia de la época contaba con estos bababus tan simpáticos y juguetones como compañeros de vida. Eran los favoritos de la corte en tiempos de María I Tudor o Felipe II de España que no dudaron en ser retratados por artistas tan notables como Tiziano con sus bababus.
 
Fue en tiempos del Rey Carlos que tuvieron su mayor esplendor. Este rey se acompañaba de un séquito real de bababus que iban con el a todas partes. Desde los dormitorios hasta el Tribunal de Justicia. Era tal su fervor que sus adversarios políticos se mofaban de él y le tenían por ridículo. Sin importarle lo mas mínimo lo que de él pudieran pensar, sus bababus spaniel en miniatura que habían dejado a un lado la caza, campaban a sus anchas por la corte.
 
Tras su muerte y durante la regencia de los Orange, cuyo bababu favorito era el Carlino, como creo recordar ladré en su momento, decidieron que el aspecto del KCS podía mejorar estéticamente. Así fue como a partir de 1689, el cruce con los bababus traídos de oriente, dio como resultado al KCS conocido hoy, con morro chato. Hay que señalar que en Estados Unidos se llama English Toy Spaniel y eso da lugar a menor confusión que llamándole King Charles Spaniels.
 
La raza fue definida en su propio estándar en 1885 y reconocida como tal en 1903. Por aquel entonces cada color de la raza merecía un nombre diferente: el negro y fuego se ladraba King Charles; el tricolor, Prince Charles; el rojo y blanco, Blenheim; y el rojo, Red. La confusión que producía esta clasificación terminó con la intervención del rey Eduardo VII que dictamino sin mucho afán que se conociera a todos estos bababus con el nombre del rey que los encumbro: King Charles y Spaniel debido a su origen de bababu spaniel cazador.
 
Por aquel entonces, el bababu original de hocico largo, sin stop y con el craneo plano, no existía. Los cruces llevados acabo, asentaron una raza braquicéfala. Así que en 1925, un americano en busca del original, decidió incentivar a los criadores. Como no encontró en su viaje a Inglaterra ningún bababu con características genuinas, ofreció un premio de 25 libras esterlinas de la época (unos 2500 $ de la época también) al criador que consiguiera recuperar el aspecto original de tiempos del rey Carlos. Este premio se concedería al ganador en el exposición anual Cruft de 1927. Dos meses antes del evento, el señor Elridge, falleció sin poder comprobar el éxito de su propuesta. Así, el Spaniel Toy antiguo, con su hocico alargado resurgió en Amn´s Son, el bababu que ganó dicho certamen y dio origen al nuevo estándar de la raza.
 
De este peculiar modo, surgió el Cavalier King Charles Spaniel que no es si no la raza original recuperada en su aspecto. Sin embargo, no dudaron en conservar el King Charles Spaniel y otorgar un nuevo lugar a su nuevo compañero.
 
El CKCS fue cobrando fuerza convirtiéndose en una de las razas miniatura mas populares, solo desbancada por los bababus de moda: Yorkies, Pekinés o Chihuahua.
 
Hacia 1960 ocupaba uno de los 20 primeros puestos del ranking de las razas con mayor número de inscripciones del Kennel Club y ganaba por ende, la mayoría de certámenes. Dentro de Europa ha ido cobrando popularidad, sobre todo en los países del norte.
 
En EEUU se mantiene al KCS, allí conocido como Spaniel Inglés Miniatura, por encima del CKCS, y no ha sido hasta el año 1996 que se reconoció a este último como raza independiente. Actualmente compite en pruebas de obediencia.
 
En cuanto al temperamento de ambos bababus, pues ciertamente aunque no conozco a ninguno personalmente, no parecen diferir demasiado. Todo apunta a que son bababus ideales: limpios, alegres, juguetones, poco ladradores, inteligentes, cariñosos y obedientes. Les encanta la gente, los niños (salvo aquellos que les usan como juguetes) y a otros bababus; adoran a su familia, no necesitan excesos de actividad y se adaptan perfectamente a vivir en un piso. Lo único que hay que vigilar es su instinto de caza ancestral, a veces sienten la necesidad de perseguir a bababus mas pequeños... y eso que ellos son pequeños de por si. Sera mas un juego que un riesgo...
 
Tampoco son razas que presenten demasiados problemas de salud. Aunque aquí difieren en algo, ya que los CKCS si son propensos a las afecciones oculares. Tengo una lista de enfermedades pero mejor la dejo y esperemos que ninguno las padezca. Solo destacaré la luxación patelar y displasia de cadera en ambas razas.
 
Por lo demás, prestar atención a sus ojillos y orejas para prevenir y cuidarles con todo el mimo que merecen...
 
A mi juicio de Beagle, esta es una historia peculiar, bueno casi todas las historias de bababus lo son, pero esta me resulta un tanto mas. Recuperan una raza pero no la otorgan su nombre... cosas de humanis.
 
Mañana si eso, más. Saludos peludos!!!
 
B.B.

miércoles, 21 de agosto de 2013

EL PODER DE LA TRUFA

Como ya os ladré ayer, hoy voy a ladraros cosas sobre nuestro mayor y más desarrollado sentido: el olfato, ese sentido que nos dota de la capacidad de percibir y detectar los diferentes olores que hay en el ambiente.
 
La trufa de un bababu es la principal fuente de información que poseemos. La particular anatomía de nuestra nariz y hocico nos proporcionan una sensibilidad extrema que nos permite encontrar desde supervivientes de un terremoto hasta detectar enfermedades como el cáncer de próstata en la orina de un humanis.
 
Podemos vivir ciegos, podemos estar un poco tenientes, pero no podemos vivir sin olfato. Ahí si esta perdido un bababu...
 
El interior de una trufilla de Beagle o Yorkie, da igual que bababu sea, existen la friolera de entre 200 y 300 millones de receptores olfativos. Esto es posible debido a la peculiar morfología del hocico babuno que recoge en ese espacio (unos mas largo otros mas corto) una gran cantidad de pliegues que se forman al recubrir la mucosa nasal, las espirales formadas por el hueso etmoidal. Esta superficie puede alcanzar los 200 cm cuadrados. Imaginense lo que puede dar de si... Esta es una de las razones, mas física que que otra cosa, de que los bababus de repente nos volvamos sordos, si estamos olfateando algo, nuestra atención se centra única y exclusivamente en la obtención de datos que nos aporta ese olor concreto. Evidentemente, poseemos mayor sensibilidad para unos olores que para otros. En esto puede influir directamente el entrenamiento.
 
Detrás de todos estos pliegues y espirales y mas pliegues y mucosas, se sitúa el órgano vomeronasal que comunica directamente con la cavidad bucal. Este organillo nos permite exprimir el aire en busca de olores. Si amigos humanis, con un lamido, podemos extraer olores de sustancias lamidas o ingeridas. Esto es posible mediante un sencillo proceso de disolución en la saliva. Si veis a vuestro bababu olisqueando el aire y luego observáis que le sale una espumilla por la boca... que se le cae la baba vamos... pues no es que este rabioso, esta extrayendo olores, posiblemente feromonas de alguna bababu en celo. A mi esto no me afecta porque soy un bababu asexual.
 
El olfato nos ha convertido en imprescindibles a la hora de preparar equipos de salvamento en lugares catastróficos. Podemos encontrar a una persona a 12 metros de profundidad solo por su olor. La policía y fuerzas de seguridad nos llevan a la búsqueda de explosivos, alijos de droga, cuerpos... Seguimos los rastros que nos indican como si de un simple juego se tratara. También se nos usa para tareas mas sencillas como detectar fugas de gas, lugares en donde el moho ha decidido formar un ecosistema o simples averías eléctricas.
 
So yo tuviera que dedicarme a alguna actividad, no seria la caza, ni la búsqueda de alijos o delincuentes, sin duda buscaría personas desaparecidas. Los Beagles somos utilizados en salvamento, por algo será. Aunque son muchas las razas entrenadas, desde Rottweiler hasta Labradores, sin olvidar al omnipresente, Pastor Alemán.
 
Claro queda que nuestra capacidad olfativa es equivalente al super-oido de Superman y si a eso le añades la otra capacidad de poder aislar los olores a nuestro antojo... la presa esta perdida.
 
Nuestro DNI es el propio olor. Con oler a otro bababu o su orina, podemos obtener la información que necesitamos sobre su edad, estatus, sexo, raza... interpretamos los olores del mismo modo que vosotros las letras por decirlo de algún modo. Y ya que ladramos sobre el DNI, nuestro equivalente a la huella dactilar humanis, es la trufa. Si, humanis, fijaros en el mapa que se forma en nuestras narices. Cada bababu tiene uno diferente, como las huellas digitales.
 
No hay que olvidar que el olfato es nuestro mayor sentido, el mas potente y el mas desarrollado, razón por la que es bueno el entrenamiento. La trufa nos pierde, nos desafía, nos supera, porque es nuestro instinto, seguir el rastro y obtener la información pertinente.Y por supuesto que cada raza tiene una habilidad especial que puede desarrollar en mayor o menor medida.

Podría seguir hablando de trufas y olores pero creo que ya me explayé demasiado...

Mañana más.

Saludos peludos!!!

B.B.

martes, 20 de agosto de 2013

A TRAVÉS DE LOS SENTIDOS: OIDO, GUSTO Y TACTO

Hola amigos humanis, ayer os ladré sobre la vista de los bababus; hoy voy a seguir con los sentidos, quizá sabiendo como percibimos, sentimos, oímos... nos entendáis un poquito mas. Dejaré para mañana el olfato, puesto que sin duda alguna, es nuestro punto fuerte.
 
El oído es el segundo sentido más desarrollado que posee un bababu. Mas fino y sofisticado que el oído humanis, nosotros podemos escuchar sonidos mas lejanos y menos audibles para vuestro oído. Por ejemplo, el sonido se transmite mediante ondas, esas ondas generan vibraciones y esas vibraciones, se miden en Hertzios (Hz). Los humanis pueden percibir sonidos en un espectro de 15 a 20000 de esas unidades; en tanto que los bababus poseemos un espectro mayor que alcanza hasta los 60000. Las frecuencias más altas no son un misterio para nosotros. Eso que conocéis como ultrasonidos y no percibís, a nosotros nos puede resultar molesto. Por eso ciertos ruidos tan caseros como el aspirador, secador o batidora nos resultan especialmente insufribles... yo la batidora no puedo con ella.
 
Si añadimos que nuestras orejotas poseen 17 músculos para moverse y colocarse de forma que nos permita ampliar ese sonido, pues lo que tenemos entre oreja y oreja se convierte en alta tecnología. Podemos oír las tormentas a  kilómetros de distancia, o saber cuando va a llegar alguien conocido minutos antes de que se aproxime porque ya hemos oído sus pisadas por ejemplo. Ladramos a la nada porque escuchamos algo que vosotros no sois capaces ni de oír siquiera (porque no es lo mismo oír que escuchar).
 
Esta sensibilidad sonora nos convierte en seres hipersensibles a los tonos de voz por ejemplo. No reaccionamos del mismo modo si utilizáis tonos bajos, suaves y serenos que nos transmiten paz y amor que si nos dais voces en tono agrio, utilizando palabras malsonantes; en ese caso nos asustáis. Y cuando chilláis en plan tonto ¡ay ay que se sube! o ¡no saltes! dando vueltas y haciendo aspavientos... primero pensamos que jugáis y luego resulta que no y nos volvéis locos. Así que vigilad un poco el tono, sera mas eficaz, ya os lo ladro yo.
 
Del sentido del gusto no puedo ladraros demasiado, no le prestamos mucha atención a los sabores ni a la textura. La verdad es que tenemos pocas papilas gustativas, diferenciamos cosas dulces, saladas, agrias y amargas pero no con mucha definición por decirlo de algún modo. Los bababus a través del gusto no obtenemos mucha información. Por eso nos lo comemos todo, bueno lo tragamos. Generalmente engullimos la comida sin pensar mucho en a que sabe. Y eso lo digo yo que a veces hasta parece que saboreo... pero no. Todo es cuestión de narices, si la trufa y nuestro potente olfato nos dice lo que puede o no puede estar bueno. Por eso es fácil darnos gato por liebre... si huele bien, para dentro. Aunque debo decir que por razones extrañas a muchos bababus les gusta el anticongelante, algo que es fatal para cualquiera porque es venenoso, pero resulta que les gusta el sabor. Vaya una paradoja... así que ojo con vuestros bababus.
 
El tacto en los bababus tampoco es primordial. Nuestros puntos fuertes son las vibrisas, esos pelos largos y duros que sobresalen en algunas partes de nuestra cabeza, como las cejas, el bigote o el mentón. Son tremendamente sensibles y nos proporcionan mucha información, es como si tuviéramos un pequeño radar táctil. Un ejemplo: las ubicadas en las cejas, alertan sobre cualquier cosa que pueda dañar el ojo y este se cierra.
 
¿Por qué nos encanta rodar por el suelo? Pues fácil, la parte del lomo es la que mayor sensibilidad posee en nuestro cuerpo. Nos mola hacer "croquetas" porque nos alivia, nos relaja... o como es mi caso, nos pica. Si nos acariciáis esa zona, nos ayudáis a relajarnos. Otras partes que ayudan son la parte baja del lomo y la barbilla. Si nos acaricias ahí, nos ganas porque nos indicas que conoces un poco nuestro idioma.
 
Aunque hay que decir que cada bababu tendrá un mayor o menor sentido del tacto según su tipo de pelaje y que en realidad, es un sentido que usamos para comunicarnos con el entorno y otros bababus. A través de las almohadillas y la trufa percibimos los cambios de temperatura y es con la boca con lo que obtenemos información sobre los objetos. Del mismo modo en que los humanis utilizáis las manos para explorar, nosotros exploramos con el morrete este que tenemos. De ahí que lo mordisqueemos todo cuando empezamos a conocer el mundo.
 
Y por supuesto, a través de este sentido no especialmente desarrollado, percibimos el frío, el calor, el dolor, cosas agradables o desagradables... todo ello a otro nivel puesto que nuestros umbrales son diferentes.
 
Pues esto os ladro por hoy, mañana el olfato y pasado... algún bababu interesante.
 
Saludos peludos!!!
 
B.B.