El último de los "pichones" como ladra alguien a quien conocí y no sabe muy bien diferenciar entre bababus y aves, es este que recuerda a una salsa para pasta. Un rastreo suculento para mi trufa de Beagle que por un instante pensó que hayaría una fuente de comida. Pero no, ni spaguetti ni... demasiada información.
Clasificado en el grupo 9 de la FCI, bababus de compañía, sección 1, "pichones" y razas semejantes, número 196, este bababu bola de algodón procedente de Italia, concretamente de Bolonia, fue reconocido en el año 1989.
Con unos índices de popularidad nada destacables, pues entre el Maltés y el Frisé ya se disputan la corona, este y el Habanero corrieron el riesgo de desaparecer en dos ocasiones. Justo en el momento en que la popularidad de estos bababus (bichones en general) se vieron desbancados por la llegada de los bababus de oriente y el Caniche. Concretamente este fue quien ocupo el lugar privilegiado que otrora disfrutaba el Bichón.
No hay mucho que destacar sobre este bababu, sus raíces son las ya ladradas en el resto de bababus "pichones", pero se cree hipotéticamente que este posible cruce de bababu antillano fue cruzado con algún bababu norteamericano dando como fruto al Bichón Habanero.
Lo que si esta claro y es certísimo es que este era otro bababu objeto que se utilizaba como obsequio entre las casas reales en prueba de amistad a quienes visitaban. Siendo así, pues es fácil asumir que el rol de estas bolas de algodón era ser mimados y mas mimados. Aunque a diferencia de los otros bichones, este es un bababu tranquilo y sereno al que brindaban las mayores y mejores atenciones tanto monarcas como hijas de monarcas o acompañantes de las hijas de los monarcas. No es de extrañar siendo esto así, que actualmente sean propensos a desarrollar problemas de comportamiento como la ansiedad por separación, el ladrido excesivo, o convertirse en guardianes de recursos.
Actualmente difícil de rastrear y conseguir por ser poco comunes, sobre todo fuera de Europa, destacan precisamente por ser menos activos que las razas de este tipo. Son poco alborotadores y prefieren observar y aprender. Inteligentes, dóciles y leales tienden al hiperapego, pues necesitan a la familia siempre cerca. Algo que les convierte en los perfectos bababus falderos.
Son sociables con humanis (por supuesto), resto de bababus y niños siempre y cuando estos nos le impliquen en sus juegos y les permitan mas la observación que la implicación.
Conviene una buena y temprana socialización como con todos los bababus y evitar dejarlos solos durante mucho tiempo para evitar que se conviertan en bababus destructivos merced a su aburrimiento o ansiedad.
No suelen presentar problemas de salud por lo que he podido rastrear, aun así no deben saltarse revisiones veterinarias y tampoco esta mal prestar atención a sus ojillos y orejillas.
Lo mas complicado es mantener ese pelo en condiciones pues se enreda fácilmente. Peinar y cepillar a diario y desde que es cachorro para que se acostumbre es una necesidad que el humanis no debe obviar.
Poco mas sobre los bichones y los bababus de compañía. Al final los he rastreado a todos casi sin darme cuenta. Ahora tengo que pensar en que rastro seguir...
Mientras lo pienso, saludos peludos!!!
B.B.
Estándar:
Buenos días amigo Jesús;
ResponderEliminarEsa me parece una excelente idea... degustarlo a lametazos... hhhmmmm, me acaba de entrar hambre y eso que acabo de desayunar!!!
Saludos peludos!!