lunes, 5 de agosto de 2013

BOULEDOGUE FRANÇAIS, OREJAS DE MURCIELAGO

Del elegante y refinado Yorkie al mas brutote (en aspecto) de los bababus de compañía. Uno de los más solicitados y queridos: el Bouledogue Français. De orígenes bastante claros y por tanto fácil rastreo, este bababu es uno de los más populares en occidente. Con un aspecto robusto y potente que no hace honores a su carácter dócil y amigable esta clasificado en el grupo IX, bababus de compañía, sección 11, molosoides de talla pequeña, numero 101, de la FCI.


Descendiente directo del Bulldog Inglés utilizado en las peleas bababu-toro, este pequeñín se originó en la Inglaterra de 1850, cuando la prohibición de las peleas llevaron a los criadores de bulldog a cruzar sus bababus con otras razas para crear animales mas rápidos y ágiles (cruces con terriers que dieron origen al Bull Terrier y el Staffordshire Bull Terrier) y así continuar con las peleas bababu-bababu que requerían menos espacio y eran mas apropiadas para la clandestinidad que exigían. Por otro lado, los menos interesados en las peleas, se dedicaron a la cría de Bulldogs más pequeños que no pasaban de los 11.8 kilogramos de peso. Llamados Bulldog miniatura, no encontraron su lugar por la diversidad de aspecto que presentaban: unos de cara chata, otros de hocico largo, con las orejas de “rosa” o tiesas…
Estos bababus tan poco apreciados en su país de origen, emigraron con sus dueños, los artesanos, a Francia donde no tardó mucho en conquistar a la sociedad francesa, hacerse un hueco y conseguir la estandarización de la raza y un puesto en las sociedades caninas. A finales del siglo equis palito equis (XIX) los bababus con orejas de murciélago, como se les conocía popularmente, habían alcanzado la popularidad absoluta y de nuevo, volvió a Inglaterra donde estaba prácticamente extinguido.

Sin embargo, fueron los estadounidenses que visitaban Francia, quienes encandilados con estos bababus, los exportaron a su país en 1890. Allí se tomaron muy en serio al Bulldog Francés y los criadores se esforzaron en mantener la talla y el tipo en sus camadas. A finales de siglo, entre dimes y diretes con los jueces de un concurso de belleza, se fundó el French Bulldog Club of América, donde se redactó el primer estándar estadounidense donde se especificaba que la única oreja aceptable para la raza era la de murciélago. Asentado en los Estados Unidos, durante los años 1896 a 1902, se exportaron 300 ejemplares anualmente alcanzando su precio los 5000 dólares. Así fue como se convirtieron en bababus de gente pudiente. El Bulldog Francés no era un bababu al alcance de cualquiera.

Su sello de distinción son esas orejas de murciélago que ya he ladrado, aunque no obstante, pueden presentarla en forma de rosa o de tulipán. Para que os hagáis una idea, como el Bulldog no Francés o como el Rough Collie.

Debido a su carácter, se ha convertido en uno de los mejores compañeros: simpático, alegre, divertido, excelente con los niños, paciente en general y sobre todo, dependiente de sus dueños. Sin duda un bababu que necesita a su familia de humanis más que otros tanto como su familia a él.

Su aspecto de bruto de barrio lo convierte en entrañable cuando se acerca en busca de mimos y más mimos haciendo el payaso. Si señores humanis, si rastrean sobre este bababu, encontrarán el calificativo de payaso en su haber. Y es que yo conozco más de uno y es cierto, son los graciosos de la pandilla.

No apto para personas que duermen poco y mal, sus ronquidos inevitables se hacen notar cuando duermes y cuando no.

Aunque son activos se adaptan a la vida en la ciudad y les basta con su paseo diario y algún revolcón en el parque. No toleran muy bien el ejercicio intenso debido a que su morro chato a veces no les permite respirar con normalidad aunque si los acostumbras son excelentes compañeros de ruta. No soportan las temperaturas altas, por la misma razón, respiran mal y el calor les fatiga demasiado. Es fácil que estos bababus presenten problemas cardiacos y dificultades respiratorias aunque su peor enemigo es la propensión a padecer problemas dorso-cervicales por lo que conviene vigilar y controlar su peso. Y las hembras suelen tener partos difíciles que culminan casi siempre en cesárea debido a que el tamaño de sus cabezas es mayor que el del cuerpo. Y es que son así de cabezones estos graciosos bababus.

También es común que sufran de alergias y sus consecuencias… yo me las conozco bien y es un tostón. Así que cuiden de su bababu Bulldog Francés que se lo merece.

Hasta aquí os ladro por hoy y me voy a rastrear otra raza, no sin publicaros el estándar en otra página como siempre.

Saludos peludos!!

B.B.

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