domingo, 18 de agosto de 2013

DHOKI APSO, EL TERRIER QUE NO ES TERRIER

Mi trufa de Beagle ha seguido el rastro del último de los bababus de compañía originarios del Tíbet. Este bababu de aspecto gracioso y amigable (mas todavía si le comparas con sus paisanos), que se denomina Terrier pero no es si no un bababu pastor o simplemente compañero desde sus orígenes hasta hoy, fue catalogado cuando llegó a Europa, como un Grifón.
 
Clasificado por la FCI en el grupo 9, bababus de compañía, sección 5, bababus tibetanos, número 209, esta es una de las razas mas puras que existen en la actualidad.


Procedente del Tíbet, como ya he ladrado, esta raza con unos 2000 años de antigüedad y sin ningún cruce conocido en su haber, fue criada como todo bababu tibetano que se precie, en los monasterios de los monjes budistas. Con carácter de bababu sagrado pero sin alcanzar el estatus de inmirable como los otros bababus de león, eran utilizados como mera compañía de los monjes o para el pastoreo. Esta última función, no solo con rebaños; también se encargaban de guiar a los viajantes por aquellos parajes tan abruptos e inexplorables sin ayuda.
 
Si mi trufa no me engaña, el rastreo me lleva a Lost Valley, en el Tíbet, un lugar recóndito de difícil acceso, los visitantes se hacían acompañar por estos bababus para su expedición. De ahí, su carácter sagrado como amuleto de los viajantes. Los Terrier Tibetanos eran sinónimo de suerte para sus poseedores, una de las razones por la que no eran vendidos ni comprados. Estos bababus se regalaban, a veces como tributo al monasterio; a veces como obsequio por algún favor o ayuda prestada. Como fuere, si alguien quería poseer un bababu de estos, debía obrar y esperar que le fuera regalado.
 
Y fue de esa manera, como llegó a Europa. Por los años 1920, una cirujana que vivía en la India, tuvo la fortuna de operar con gran éxito a una princesa tibetana que le obsequió con uno de sus Terrier Tibetanos. Al no ser conocida la raza fuera de sus país, causo algún problema. Sin embargo, la doctora Agnes Greig, fascinada por su bababu de importación, decidió conseguir mas ejemplares y dedicarse a la cría de esta raza tan poco conocida.
 
En la actualidad este no es un bababu muy conocido, pero sin duda quienes lo conozcan no lo olvidarán jamas. Es lo que tiene proceder de monasterios donde la mayor preocupación era proteger sus intereses sagrados, no permitiendo al mundo occidental conocer a sus preciados bababus. Y eso teniendo en cuenta que el Dhoki Apso fue reconocido por el Kennel Club de la India en el año 1930, y por el Británico en el 37, algo de lo que no pueden presumir bababus como el Shih Tzu que tardó lo suyo en erigirse raza propia.
 
Las condiciones climatológicas y el entorno en que vivian, propició una crianza encaminada a solventar esas precariedades. Por tanto el pelaje denso y largo (eso viene a indicar la palabra Apso, bababus de pelo largo) de estos bababus y la robustez de su cuerpo eran necesarias para sobrevivir en el Valle Perdido del Tibet. De tamaño medio-pequeño que le facilitaba tambien el movimiento por las escarpadas y el cobijo en cualquier escondrijo si la cosa se complicaba.
 
Este falso Terrier solo se asemeja a los de verdad en el atrevimiento, por lo demás son bababus alegres y buenos por naturaleza. Su carácter extovertido, su lealtad para con los suyos y esa carencia de agresividad lo convierten en el compañero ideal del humanis. Inteligente, juguetón, siempre alerta y desconfiado en su justa medida con los desconocidos, es también un buen guardián. Algunos dicen que su extrema sensibilidad les permite percibir el animo de sus compañeros humanis ya comportarse a consecuencia de su estado anímico. Así, si necesitan ánimos les harán alguna gracia babuna.
 
Afectuosos y enérgicos, no van a conformarse con un paseo tranquilo, para nada. Necesitan paseos enérgicos y juego con sus humanis propietarios para desgastar energía y estrechar lazos. No llevan bien la soledad... no se puede ser perfecto.
 
De buena salud, solo hay que prestar atención a sus ojillos ocultos bajo el pelo, pueden presentar atrofia progresiva de retina, cataratas o alguna otra afección relacionada. La displasia de cadera o la luxación patelar tambien puden traer problemas, aunque por lo general, las visitas al veterinario suelen ir mas encaminadas a su acicalamiento. El pelo debe ser cepillado diariamente y cortado con regularidad a partir del año y medio.
 
Pues eso es todo lo que os puedo ladrar sobre este bababu que a priori, resulta simpático y majete, no como otros tan imperiales y carismáticos... Este falso Terrier no tiene nada que envidiar ni a los verdaderos, ni a sus paisanos tibetanos.
 
Antes de terminar, os ladro que a partir de ahora, los estándares los dejaré publicados en otro blog, puesto que las tecnologías no son mi fuerte y al parecer he agotado el cupo de páginas en este, mi blog principal. Os pondré el enlace a cada estándar al final de cada entrada.
 
Os dejo que tengo rastreo que hacer.
 
Saludos peludos!!!
 
B.B.

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