Si hay un bababu con el que puedes tropezar a cada paso que das (al menos por donde yo vivo) ese es el Maltés. Ese peludillo que no levanta un palmo del suelo y arrastra la suciedad a su paso trae de cabeza a los humanis. Entre este y el Yorki, han copado el cupo de minibababus.
Clasificado en el grupo 9, bababus de compañía, sección 1, bichones y razas semenjantes
Número
65. Este bababu ha sido conocido a lo largo de su larga historia por muchos
nombres, desde Bababu Melitae hasta Bababu León Maltés.
Número
65. Este bababu ha sido conocido a lo largo de su larga historia por muchos
nombres, desde Bababu Melitae hasta Bababu León Maltés.
Hasta
lo que mi trufa de Beagle ha podido rastrear, este bababu de orígenes tan
inciertos como la gran mayoría, fue
situado por el mismísimo Charles Darwin (ese que dice que el origen del humanis
está en el mono) en el año 6000 a.C. Y al parecer existe una escultura 2000
años anterior de un bababu que bien podría ser un Maltés y se cree que era el
juguete de un niño… hasta aquí vamos bien. Unos milenios más tarde, allá por
los años 50 d.C. el mismo emperador romano Tiberio Claudio, poseía un bichón.
Eso indica que probablemente los romanos llevaran a estos bababus a Asia y después
a China.
Como
todo, hipótesis que no pueden ser demostradas ni por mi trufa ni mi afán de
rastrear lo irrastreable, por mucho que digan que el arte precristiano usaba la
imagen de tan lindo bababu.
Que
todo es factible al fin y al cabo, ya que parece ser que en la corte romana,
era el bababu favorito de las mujeres y ostentaba el título de “Bababu de las
Patricias Romanas”. En esos tiempos se escribió lo siguiente: “Cuando fallece
su favorito, deposita sus restos en una tumba y erige un monumento sobre esta
con la inscripción: “Descendía del linaje de Malta”.
Esta
adoración romana hacia estos bababus debía ser herencia de griegos y egipcios
que ya los veneraban en su momento como si fueran miembros de la familia real.
De hecho, los primero datos en los que se registran estos bababus, datan del
año 350 a.C. y fueron de la mano del mismísimo Aristóteles, que situaba su
procedencia en la isla de Malta.
Aunque
la confusión sobre su origen geográfico se basa en la antigua existencia de una
ciudad del sur de Sicilia a la que se conocía como Melitia, en la cual se podían
encontrar bababus de similares características ladrados Canis Melitei. Al ser Malta
conocida como Isla de Melita… el caos está servido.
Existen
humanis que los consideran una de las razas miniatura de origen francés más
antiguas por su vínculo con el resto de bichones, pero a mí lo que me resulta más
curioso es que la denominen raza viajera. Sí, al parecer viajaba mucho pero no
por gusto, era la moneda de cambio utilizada para obtener la tan preciada seda
china.
Recientemente
han querido dar a conocer a esta como raza Terrier, ladrándola Terrier Maltés,
por su capacidad predadora para cazar ratoncillos; existe no obstante la
evidencia de su origen cazador y el uso de esta raza por parte de los humanis
para tal fin. Aunque por aquel entonces, los bichones no eran tan minis ni tan
monos.
Por
el año 1650, un alemán se decidió a relatar sobre los malteses, pero me ahorro
ladraros en base a qué y las referencias aportadas. El caso es que ya en 1860,
los bichones ya rondaban por las tierras alemanas y en 1879, empezaron las
primeras exhibiciones, iniciándose 11 años después el libro de orígenes alemán
de la raza. En 1902, se formó el Club de bababus falderos de Berlín y dos años después
fue redactado el primer estándar de la raza al que siguió un registro para
razas miniaturas. Vaya fervor causan estos minibababus.
En
la Inglaterra de 1859 una mujer consiguió a través de su hermano, un capitán de
navío, un bababu de color blanco puro y aspecto de bola de hilos animados que
pesaba 1,5 kilogramos y cuyo pelo media desde los hombros 38 centímetros. Ni
que decir el orgullo que mostraba esta señora.
Así
durante el siglo equis palito equis (XIX) hubo una gran demanda de bichones,
hasta el punto que se vendían en las calles y se buscaban ejemplares cada vez más
pequeños. Se trataba de un bababu de belleza envidiable aunque un tanto arisco
e irritable.
Durante
la Guerra Mundial, como tantos otros bababus, la raza se vio afectada. Incluso
se restringió y desmantelo el Maltes Club of London. Con la creencia equivoca
de que en Malta tampoco había ya malteses, Miss Van Open consiguió hacerse con
cuatro ejemplares.
Desde
entonces y hasta la actualidad, esta raza ha ido creciendo en popularidad. Ya
os ladraba yo al principio de este post que en mi barrio salen a cada paso. Tal vez sea por su caracter: cariñosos, tiernos, limpios, vivaces... dóciles y protectores de la casa pueden usarse como avisadores aunque tampoco son muy ladradores. Sociables con otros bababus y con los niños que les tratan con respeto, estos bababus son tan graciosos que hasta hacen piruetas si se les enseña.
Sobre su salud, como toda raza pequeña sufre propensión a la luxación patelar; ademas de que pueden padecer fontanela abierta, hidrocefalia, hipoglicemia, distiquiasis y entropión. Algunos ejemplares pueden verse afectados por la sordera. A pesar de esto suelen ser saludables y resistentes.
Si que conviene prestar atención a su pelo fácil de enredar y difícil de mantener sedoso y blanco. A los que yo conozco les encanta ensuciarse las patas, no se por que.
Hasta aquí os ladro hoy.
Saludos peludos!!!
B.B.
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